En un giro inusual de los eventos y posiblemente una de las aperturas más sorprendentes en el Yermo, un afable ghoul llamado Radolfo ha decidido abrir un spa especializado en exfoliación con arena del desierto. Pero, estamos en el Yermo, y aquí, todo tiene un toque especial… de radiación.

Radolfo es un ghoul con una visión. Mientras muchos habitantes de su condición se limitan a deambular, él optó por el camino del emprendimiento. «Siempre me he preguntado por qué la gente cree que solo porque nuestra piel no se regenera como antes, no podemos disfrutar de un buen cuidado dérmico», dice Radolfo con una sonrisa torcida (literalmente).

El nuevo spa, ubicado en un viejo búnker de pre-guerra al noroeste de lo que solía ser Las Vegas, ofrece una experiencia única de exfoliación. Las arenas se traen de las dunas del Desierto Mojave y, a decir de Radolfo, ofrecen un nivel de suavidad que no se encuentra en ninguna parte. «El secreto está en los minerales radiactivos», confiesa. «No hay nada como un poco de radiación para deshacerse de esas capas muertas de piel».

La clientela, por ahora compuesta en su mayoría por otros ghouls y residentes del Yermo curiosos, parece quedar encantada con los resultados. Una clienta habitual, conocida solo como ‘Jane la Troza’, afirma que nunca su «no-vida» se ha sentido tan suave. «Bah, antes la arena me hacía cosquillas, pero estas partículas realmente hacen el trabajo sucio», comenta mientras se despide con un gesto que podría ser un saludo o un parpadeo confuso.

Radolfo insiste en que el proceso es completamente seguro, asegurando que los niveles de radiación están controlados (en términos del Yermo, por supuesto). Además, ofrece a cada cliente un Nuka-Cola al final de la sesión para ayudar con las instalaciones defensivas internas. «Un brindis por la belleza», dice levantando su botella medio llena.

El negocio ha sido un éxito rotundo, y Radolfo ya está considerando expandir sus operaciones. «Quizás establezca una cadena de spas radiactivos», dice mirando al horizonte del Yermo, como si sus ojos ya pudieran ver las colinas llenas de clientes satisfechos con piel que brilla —y no solo por la radiación.

En este mundo post-apocalíptico, donde lo inusual es lo normativo, es reconfortante ver que la pasión, la innovación y un poco de arena pueden ofrecer un toque de normalidad, incluso si es en forma de un brillante resplandor verde.

Y así, mientras los rumores de supermutantes y necrófagos salvajes continúan agitando la vida en el Yermo, los habitantes de la región pueden estar seguros de que su piel estará siempre lista para cualquier eventualidad radiactiva. Todo gracias a Radolfo y su nuevo y brillante (literalmente) enfoque del cuidado de la piel.