En una inesperada vuelta de los acontecimientos en el Yermo, el Refugio 77, cerrado durante 200 años, ha abierto sus puertas por primera vez, revelando un asombroso secreto: su único habitante, acompañado de una colección de marionetas, ha formado una secta peculiar que desafía la comprensión.El Refugio 77, uno de los muchos refugios icónicos diseñados por Vault-Tec, fue concebido para ser un experimento social singular. A diferencia de otros, fue poblado por un único habitante junto a una caja de marionetas. ¿El propósito? Estudiar los efectos del aislamiento extremo combinado con la interacción limitada, aunque en este caso, con juguetes aparentemente inofensivos.

Con el paso del tiempo, lo que podría haber sido un experimento social condenable se convirtió en una de las leyendas más intrigantes del yermo post-apocalíptico. Durante dos siglos, aquel hombre permaneció dentro del refugio, solo en apariencia, pues sus únicas compañías fueron las marionetas que pareció infundir con personalidades propias. Este entorno solitario dio lugar a un curioso desarrollo: las marionetas se convirtieron en sus compañeros inseparables y, finalmente, en su congregación.

Al abrirse las puertas del Refugio 77 por error, muchos esperaban encontrar los restos de un pasado olvidado. Sin embargo, lo que apareció alteró por completo las expectativas. El habitante original, ahora un anciano, emergió con sus marionetas en mano, proclamándose líder de una secta que se autodenomina «Los Iluminados de las Cuerdas», sugiriendo una extraña mezcla entre adoración, teatro y filosofía de vida.

Localizado en una región del yermo conocida por sus secretos enterrados y leyendas urbanas, el Refugio 77 yace ahora ante la vista de todos como una prueba del ingenio humano, pero también como un testamento inquietante de lo que sucede cuando el espíritu se ve obligado a encontrar consuelo en lo inanimado. Sus seguidores, que empezaron como meras figuras de tela y madera, representan ahora distintas facetas de la psicología humana, cada una diseñada meticulosamente para interpretar un papel en esta obra sin fin.

Observadores y habitantes del poblado cercano han mostrado una fascinación inquieta hacia esta «nueva» religión, algunos incluso acudiendo al hombre para buscar respuestas, consuelo o, quizás, un simple espectáculo. Mientras tanto, las voces cautivadoras de las marionetas, manipuladas con maestría, reinterpretan antiguas narrativas del yermo, añadiendo toques teatrales a historias que, paradójicamente, se basan en hechos reales.

El fenómeno ha atraído la atención de estudiosos y curiosos por igual, todos deseosos de comprender la dinámica de esta relación simbiótica entre un hombre y sus marionetas. En una era donde la tecnología avanzada y los mutantes son la norma, este resurgimiento de técnicas comunicativas arcaicas ofrece un respiro intrigante de las preocupaciones diarias, al mismo tiempo que plantea preguntas sobre la naturaleza de la creencia, la comunidad y la identidad.

El futuro del Refugio 77 y su secta es incierto, pues el mundo exterior presenta desafíos impredecibles, y muchos se preguntan qué papel jugarán en el gran teatro del yermo. Lo que es seguro es que la apertura del refugio no solo ha desenterrado una caja de marionetas olvidadas, sino que también ha reabierto un capítulo inusual en la vasta saga de la supervivencia humana.