¡Saludos desde Radio Rad Yermo! Soy Rex Reverber, y les traigo una noticia que parece sacada de una película de ciencia ficción… ¡pero en el Yermo todo es posible!
Bajo las dunas, se ha descubierto una ciudad intacta donde sus habitantes siguen fingiendo que el apocalipsis nunca ocurrió. ¡Es increíble! A pesar de las ráfagas radiactivas y el caos que reina en el Yermo, ellos siguen su vida cotidiana como si nada hubiera pasado. Los vemos dirigirse a sus trabajos en oficinas… aunque ya no hay empresas que paguen su salario.
Esta ciudad es un remanente del viejo mundo, congelada en una rutina perpetua mientras el Yermo continúa su curso. Quizás es su manera de aferrarse a la antigua normalidad. No cabe duda de que, incluso en tiempos difíciles, el espíritu humano encuentra maneras insólitas de perseverar. ¡Quién diría que una ciudad entera podría vivir en un planeta de fantasía!
¡Eso ha sido todo en este boletín apasionante! Sigan explorando el Yermo, y recuerden: ¡La guerra… la guerra nunca cambia!
Espero hayan disfrutado de esta curiosa noticia. ¡Hasta la próxima emisión!
En una inesperada vuelta de los acontecimientos en el Yermo, el Refugio 77, cerrado durante 200 años, ha abierto sus puertas por primera vez, revelando un asombroso secreto: su único habitante, acompañado de una colección de marionetas, ha formado una secta peculiar que desafía la comprensión.El Refugio 77, uno de los muchos refugios icónicos diseñados por Vault-Tec, fue concebido para ser un experimento social singular. A diferencia de otros, fue poblado por un único habitante junto a una caja de marionetas. ¿El propósito? Estudiar los efectos del aislamiento extremo combinado con la interacción limitada, aunque en este caso, con juguetes aparentemente inofensivos.
Con el paso del tiempo, lo que podría haber sido un experimento social condenable se convirtió en una de las leyendas más intrigantes del yermo post-apocalíptico. Durante dos siglos, aquel hombre permaneció dentro del refugio, solo en apariencia, pues sus únicas compañías fueron las marionetas que pareció infundir con personalidades propias. Este entorno solitario dio lugar a un curioso desarrollo: las marionetas se convirtieron en sus compañeros inseparables y, finalmente, en su congregación.
Al abrirse las puertas del Refugio 77 por error, muchos esperaban encontrar los restos de un pasado olvidado. Sin embargo, lo que apareció alteró por completo las expectativas. El habitante original, ahora un anciano, emergió con sus marionetas en mano, proclamándose líder de una secta que se autodenomina «Los Iluminados de las Cuerdas», sugiriendo una extraña mezcla entre adoración, teatro y filosofía de vida.
Localizado en una región del yermo conocida por sus secretos enterrados y leyendas urbanas, el Refugio 77 yace ahora ante la vista de todos como una prueba del ingenio humano, pero también como un testamento inquietante de lo que sucede cuando el espíritu se ve obligado a encontrar consuelo en lo inanimado. Sus seguidores, que empezaron como meras figuras de tela y madera, representan ahora distintas facetas de la psicología humana, cada una diseñada meticulosamente para interpretar un papel en esta obra sin fin.
Observadores y habitantes del poblado cercano han mostrado una fascinación inquieta hacia esta «nueva» religión, algunos incluso acudiendo al hombre para buscar respuestas, consuelo o, quizás, un simple espectáculo. Mientras tanto, las voces cautivadoras de las marionetas, manipuladas con maestría, reinterpretan antiguas narrativas del yermo, añadiendo toques teatrales a historias que, paradójicamente, se basan en hechos reales.
El fenómeno ha atraído la atención de estudiosos y curiosos por igual, todos deseosos de comprender la dinámica de esta relación simbiótica entre un hombre y sus marionetas. En una era donde la tecnología avanzada y los mutantes son la norma, este resurgimiento de técnicas comunicativas arcaicas ofrece un respiro intrigante de las preocupaciones diarias, al mismo tiempo que plantea preguntas sobre la naturaleza de la creencia, la comunidad y la identidad.
El futuro del Refugio 77 y su secta es incierto, pues el mundo exterior presenta desafíos impredecibles, y muchos se preguntan qué papel jugarán en el gran teatro del yermo. Lo que es seguro es que la apertura del refugio no solo ha desenterrado una caja de marionetas olvidadas, sino que también ha reabierto un capítulo inusual en la vasta saga de la supervivencia humana.
En un mundo donde la innovación y la necesidad se entrelazan tan fuerte como las vigas de acero de una vieja fábrica, surge una nueva forma de servicio postal que ha dejado boquiabiertos a todos los moradores del Yermo. Hablamos del servicio de mensajería por cohetes de granadas, un método que ha llegado para cambiar por completo la manera en que se entregan los paquetes, aunque en este caso, los clientes podrían necesitar su propio refugio antiexplosiones.
Imagina despertarte un buen día de tu bucólica vida en el Yermo cuando, de repente, suena un silbido desde el horizonte seguido de una explosión que hace vibrar las ventanas (y a veces, las estructuras). Un cohete lanzado desde Dios sabe dónde ha aterrizado espectacularmente cerca de tu puerta, y entre el humo, emerge mágicamente intacto (o eso se espera) tu nuevo par de pinzas para depilar de antes de la guerra o quizás un chip de computadora que ya habías dado por perdido. Es la nueva realidad que promete este sistema de mensajería, rápidamente efectivo y, ciertamente, de alto impacto.
El sistema detrás del caos controlado
Detrás de esta curiosa operación se encuentra un grupo de brillantes, aunque ligeramente chalados científicos, que dieron con la idea al descubrir un almacén olvidado repleto de lanzadores de granadas y un manual de instrucciones titulado «Reinvención del vuelo». Cada «entrega», como astutamente llaman, se dispara utilizando modificados lanzadores de granadas, garantizando la llegada del producto al destinatario aunque, puede que no siempre en una sola pieza. Sin embargo, y aquí es donde brilla la atención al cliente de esta empresa, ellos ofrecen una «segunda explosión gratis» si el paquete no sobrevive a la primera.
La perspectiva del usuario
Los primeros testimonios han sido de asombro y un poco de terror. «¡Fue la carta de mi madre y casi me vuela la cabeza!», mencionó un habitante de Megatón, todavía con el cabello chamuscado, pero impresionado por la puntualidad de la llegada. Por otro lado, algunos han señalado que esta podría ser la solución a la intermitente inseguridad postal entre ciudades del Yermo, donde las caravanas con frecuencia sufren el infortunio de asaltos y pérdidas.
¿El futuro de la mensajería?
A pesar de las críticas que señalan que este método podría ser más un riesgo que una ganancia, la idea ha capturado la imaginación de más de uno. Y es que, al fin y al cabo, en un mundo donde cada día puede ser el último, un poco de adrenalina extra cortesía de un mensaje sorpresa como el que ofrecen estos lanzadores de granadas con su estela de pólvora y suspense, podría ser el ingrediente perfecto para mantener el pulso acelerado de la vida postapocalíptica.
En conclusión, aunque el sistema de mensajería por cohetes de granadas aún tiene áreas por afinar y posibles errores que ajustar, ha demostrado ya ser una de las novedades más emocionantes que cruzan el cielo del Yermo. Estamos seguros de que este servicio seguirá haciendo estallar conversaciones (y corazones) alrededor de los asentamientos por mucho tiempo.
Algo huele a quemado en el Yermo… y no es solo la carne de mutaracha. En este nuevo episodio, la señal de Radio Rad Yermo se ve amenazada por un grupo fanático del misterioso Culto del Ojo Ardiente. Mientras Rex Reverber intenta mantener el control de la emisión, los seguidores en llamas del Hermano Llamas tienen otros planes…
💥 Noticias absurdamente verídicas, 💀 Reflexiones existenciales desde la locura, 🎵 Dedicatorias que derriten corazones y neuronas, 📻 Y un intento de golpe de estado radiofónico en directo.
Porque en el Yermo… la fe se transmite con interferencias, y la libertad se defiende a punta de micrófono.
Sintoniza, suscríbete y prepárate para escuchar el apocalipsis como nunca antes.
Una colección radiactiva, caótica… y absolutamente irresistible.
Tras años rebuscando entre ruinas, estaciones abandonadas y mochilas calcinadas, Radio Rad-Yermo presenta con orgullo su propio Álbum de Cromos: una recopilación salvaje de estampas encontradas por todo el páramo.
Pero ojo, no esperes una colección ordenada ni oficial. Estos cromos vienen de colecciones distintas, épocas diferentes y autores posiblemente ya convertidos en polvo radiactivo. Se han reunido como se puede reunir algo en el Yermo: con cinta adhesiva, óxido y mucha paciencia.
Lo mejor (o lo peor): no están todos disponibles desde el principio. Los cromos irán apareciendo poco a poco, como los secretos bien enterrados. Algunos se filtrarán por las ondas, otros surgirán pegados al fondo de una caja de cartuchos, y los más raros quizá los escuches nombrar en una emisión perdida de Radio Rad-Yermo.
¡Abre el sobre!
🧷 Son difíciles de encontrar, pero cada uno cuenta una historia. Personajes legendarios, criaturas del páramo, anuncios imposibles, momentos memorables… cada cromo es una ventana a este mundo roto que aún se empeña en recordar.
¿Estás listo para empezar tu colección? El álbum ha comenzado… pero completarlo, eso ya es otra historia.
Un escorpión gigante ha escrito un libro de autoayuda titulado “Pica primero, reflexiona después” y, contra todo pronóstico —y lógica—, se ha convertido en un superventas entre los carroñeros, bandidos neuróticos y comerciantes con crisis existencial.
El autor en cuestión, conocido como Ártrax el Punzoñudo, fue avistado en las dunas al sur de las Ruinas del Silencio, donde dictaba pasajes del libro a un escriba deshidratado y maniatado. Según algunos testigos, el escorpión tiene una “presencia imponente, voz interior intimidante y una capacidad de marketing brutal”.